martes, 28 de septiembre de 2010

HADAS


La raiz etimológica del vocablo 'hada' se encuentra en el latin 'fata' (destino) por lo cual, puede interpretarse que estos seres intervienen activamente en el curso de las cosas, teniendo alguna influencia en el destino de los humanos. Se dice incluso que cuando un hada decide entablar relación con un humano, suele elegir a una persona alegre y generalmente enamorado. En general, suelen estar de buen humor, pero si se sienten ofendidas pueden llegar a ser muy vengativas.
Las hadas son siempre de sexo femenino y muy bellas, aunque esto no les resta fuerza física. Se caracterizan por una legendaria voluntad y curiosidad, lo que hace de ellas seres de gran iniciativa. Como otros seres elementales poseen poderes extraordinarios. En general, un hada suele ocuparse de proteger y ayudar a otras criaturas elementales.
La mayoría de las hadas, pertenecen al aire, aunque también las hay, unas pocas, que habitan las aguas y la tierra. Las hadas suelen vivir en organizaciones jerárquicas. Entre ellas suele haber una reina de las hadas que ejerce el poder. Algunas otras pertenecen a la aristocracia y poseen así un rango más alto que otras.
Según las leyendas, las hadas adoran cantar y bailar con sus dulces y melodiosas voces armando círculos (coros o anillos de las hadas). Si un hombre, tentando por la danza de las hadas, irrumpe en esos círculos mágicos, corre grave riesgo de quedar hechizado bajo la magia tormentosa de las hadas. Se dice que solo otro humano puede rescatarlo poniendo con firmeza un pie dentro del anillo y otra fuera, tirando fuertemente de él para liberarlo del encanto.

Seres Mágicos


Los seres mágicos también conocidos como elementales por su estrecha relación con los cuatro elementos de la naturaleza: aire, agua, tierra y fuego existen en el mundo de los espíritus.


“Los elementales no puede clasificarse entre los hombres, porque algunos vuelan como espíritus, no son espíritus porque comen y beben como los hombres. El hombre tiene un alma que los espíritus no necesitan. Los elementales no tienen alma y, sin embargo, no son semejantes a los espíritus, éstos no mueren y aquellos sí mueren. Estos seres que mueren y no tiene alma ¿son pues animales? Son más que animales porque hablan y ríen. Son prudentes, ricos, sabios, pobres y locos igual que nosotros. Son la imagen grosera del hombre, como éste es la imagen grosera de Dios... “ (Paracelso, Philosophia Oculta, 1493)